Cuando llega el otoño, el jardín se entristece al perder
su encanto.
Las azaleas, las dalias, lirios y jazmines, han perdido
su encanto y aroma.
La propia madrugada, se torna perezosa para no alcanzar
el alba, mientras tanto, las petunias lloran al saberse
ajadas…incluso la magnolia ha dejado caer su flor de
nieve, para alfombrar la tierra del jardín silencioso.
Ahora, queda esperar el regreso de la nueva primavera,
para que todo regrese a la normalidad, y las flores se
sientan orgullosas y reconfortadas, ante las miradas de
quienes saben apreciarlas…