Alguna vez que otra, logras que la noche amanezca
sentada en tus ojos…
Esto ocurre, cuando el mar suspira por ese aroma
que proviene de levante, impregnado de azahar…
Todos somos conscientes, que tenemos el tiempo
tasado; y el vacío que se instala en nuestro ser, en
ocasiones, es un espejismo que nos indica su deseo
de escapar de nuestro interior más recóndito.
Con este comentario, logré que dibujaras una sonrisa,
apreciando como torcías los labios, con una
mueca mitad de placer, mitad de angustia…
¡Creo que la mezcolanza estaba equilibrada!!