Por: Luis Felipe Guerra
Garantizar “la prohibición de la producción, adquisición, utilización, transporte y amenaza de las armas nucleares” mediante una herramienta jurídica internacional es más urgente que nunca. Jean Marie Colin, experto en cuestiones de no-proliferación y desarme nuclear, llamó recién en Oporto a la movilización de la sociedad civil para que Portugal colabore políticamente en la elaboración del tratado que se va a negociar en Naciones Unidas en junio. De momento, fue el único país lusófono que votó en contra…
“Portugal fue el único país lusófono que votó en contra del tratado de desarme nuclear firmado por 131 países en Marzo. Quizás porque es miembro de la NATO… Pero estamos esperando a Portugal. Queremos que trabaje con nosotros ya en la próxima semana en la planificación del tratado que será negociado en junio en Nueva York”, afirmó Jean Marie Colin en el marco de una acción organizada por la Universidad Lusófona, sobre las consecuencias humanitarias de las armas nucleares y el desarme.
A través de esa “herramienta jurídica será luego más fácil deslegitimar y estigmatizar el uso de armas nucleares”, siendo, por eso, importante hacer recordar a la sociedad civil en todo el mundo la tragedia ocurrida en el final de II Guerra Mundial: “Cuando escuchamos al testimonio de los supervivientes de las explosiones de Hiroshima y Nagasaki, entendemos mejor que se trata de una verdadera amenaza. No es algo de la televisión. Es real. Ocurrió dos veces contra dos ciudades, contra niños, padres, madres, abuelos, o sea, contra la sociedad civil, señala.
Y la verdad es que, según el director del PNND (Parlamentarios por la No-Proliferación y el Desarme Nuclear) y vice-presidente del IDN (Iniciativas por el Desarme Nuclear), “hemos tenido mucha suerte” frente a los nuevos riesgos sobre el (des)control de las armas nucleares.
“Hoy por hoy tenemos un nuevo riesgo: el ataque cibernético. Esto puede provocar problemas con comandos que controlan a las armas nucleares. También podemos temer un ataque terrorista basado en armas nucleares. Esto no existía antes, es algo nuevo y, por ello, hace falta alertar a la sociedad civil. Sabemos que en los Estados Unidos ya se perdió el control de algunas armas nucleares debido a problemas que no se sabe bien si fueron solamente problemas informáticos o un ataque. Sabemos que los piratas cibernéticos pueden hacer muchas malas acciones contra entidades supuestamente muy bien organizadas, tales como el Pentágono en Estados Unidos y otras, incluso en Francia. Por ello, es necesario asegurarse que no existe riesgo de que esos piratas accedan a las armas nucleares. La única manera de garantizarlo es eliminando las armas nucleares”, explicó.
Jean Marie Colin presentó otros hechos. En este momento, existen aún 16.000 armas nucleares diseminadas por el mundo y la teoría de la disuasión defendida desde 1945 claramente no funciona.
“Las guerras ocurridas desde entonces muestran que el desarme es la única vía posible para la paz. Argentina atacó a las Malvinas (islas de una potencia nuclear, Reino Unido) y asistimos a la Guerra de Irak en 1991. Cuando los dirigentes políticos quieren hacer la guerra, ignoran el problema nuclear. Y los países que tienen armas nucleares y que, por ello, se amenazan de forma latente unos a los otros, son los mismos que desarrollan relaciones económicas y culturales”, enfatiza.
En el «Barco de la Paz», “Peace Boat”, viajaron también dos “hibakusha”, palabra japonesa que define a las “personas afectadas por explosiones”. Mise Seiichiro y Tsuchida Kazumi asistieron, com diez y cuatro años de edad, respectivamente, a las explosiones atómicas de Hiroshima y Nagasaki y sus consecuencias humanitarias.
Mise Seiichiro se recuerda bien del día “9 de agosto de 1945”, cuando las personas “comenzaron a arreglar y limpiar a sus casas”: Cogí mi órgano para jugar. Empecé a recrear el sonido de los aviones americanos, pero mi abuelo se enfadó. Al cerrar la tapa del órgano, una gran luz surgió en el cielo. Hice como me habían enseñado, cerré los ojos y los oídos, tumbado en el suelo. Cuando se detuvo el viento de la explosión, ví una casa llena de vidrios rotos, el suelo levantado… todo ha cambiado en un segundo. Por la tarde, comenzó a caer lluvia negra… En la escuela, era imposible distinguir a los heridos. Algunas personas sufrían tanto que pedían que las mataran por piedad”.
El superviviente, ahora con 82 años, dijo que quisiera mucho ver a Portugal, los ciudadanos de Oporto y los estudiantes, involucrados en este movimiento de lucha contra las armas nucleares: “El próximo día 15 de junio, vamos a presentar nuestras ideas en Nuevo York, en el congreso de negociaciones para que las armas nucleares sean abandonadas para siempre. Esperamos contar con el apoyo de Portugal”.
Hablando en japonés, pero emanando una fuerte emoción por su voz, Tsuchida Kazumi, superviviente de la explosión de Hiroshima, se mostró preocupada con la fuerza de las actuales armas nucleares: “Dicen que pueden ser hasta cien veces más potentes que las utilizadas en Hiroshima y Nagasaki. Es toda la vida humana que está en riesgo”.
Aunque Estados Unidos y otras potencias nucleares no concuerdan con el tratado, existe la oportunidad real de que éste sea ratificado en julio, una vez que el resto del mundo quiere abolir a las armas nucleares.
Y para ayudar en el proceso, Jean Marie Colin, también representante da “I Can”, asociación socia del proyecto «Barco de la Paz», “espera que Portugal asuma el importante papel diplomático y su condición de Estado-miembro por la no proliferación de las armas nucleares”, sumándose a esta iniciativa: “Portugal tiene la oportunidad de jugar un importante papel diplomático, ya que el secretario-general de la ONU es portugués”.