«Estamos muriendo, por favor». El médico sirio Mohanad Jammo, desesperado ante el hundimiento de la barca en la que viajaba junto con 300 personas, llamó en tres ocasiones a la Guardia Costera italiana rogando auxilio. Las grabaciones publicadas por L’Espresso revelaron que la muerte de 288 personas en un naufragio ocurrido el 11 de octubre de 2013 pudo haberse evitado. La descoordinación entre los equipos de rescate de Italia y Malta marcó el fatal desenlace. Tardaron cinco horas en reaccionar. Cuando llegaron, era tarde.
El desaliento con el que Jammo pedía a la Guardia Costera la movilización de sus medios de rescate resulta familiar a la red de activistas de la ONG Caminando Fronteras. A través de su teléfono de emergencias, operativo las 24 horas del día, reciben el grito de quienes se encuentran en peligro en su intento de arribar a las costas españolas sobre una patera, y vigilan la respuesta de las autoridades españolas y marroquíes.
Son muchas las ocasiones en las que, según relatan en el informe ‘Tras la Frontera’, han escuchado los ruegos lanzados desde alta mar, han sido testigos de importantes retrasos en la activación de los medios de rescate, han presenciado la suspensión del rastreo ante información «falsa» o inexistente de las autoridades marroquíes, los riesgos añadidos en operaciones de control fronterizo…
«En el Estrecho están ocurriendo situaciones de descoordinación entre Marruecos y España similares a la reflejada en esas grabaciones», sostiene Helena Maleno, portavoz del colectivo. Según el estudio de la ONG, la falta de colaboración «deja a las personas ahogarse en una distancia de 14 kilómetros».
Los datos arrojados por el reciente estudio documentan la muerte y desaparición de 388 personas (122 menores y 31 mujeres) desde septiembre de 2015 a diciembre de 2016. Para obtener esta cifra (complicada de alcanzar dado que muchos cuerpos se pierden en el agua), la organización se basa en el testimonio de quienes mejor pueden saber que estas personas ya no están. Quienes les echan de menos: sus familiares y amigos.
Con su sistema de alertas, han supervisado centenares de operativos de rescates en los que han detectado deficiencias que, según Maleno, se convierten en «las causas evitables» de las muertes de nuestra frontera. « El Gobierno, a través del Ministerio de Fomento, tiene medios suficientes para que no haya muertes en nuestras fronteras o estas solo sean aquellas que se deben a una tragedia irremediable».
Bloqueo de pateras en alta mar: un riesgo añadido
El trayecto marítimo de Marruecos a Ceuta es uno de los más cortos, pero eso no lo convierte en el menos peligroso. Después de la travesía a Canarias (en la que deben atravesar 207 kilómetros), el acceso por la ciudad autónoma es la ruta marítima más mortífera para llegar a España, según los datos recabados por Caminando Fronteras. Entre septiembre de 2015 y diciembre de 2016, el 4,9% de quienes intentaron atravesar esta estrecha distancia ha muerto en este punto, según las alertas recibidas por la ONG durante este periodo.
Según denuncia las comunidades migrantes que han tratado de seguir esta ruta, una de las causas «evitables» de estas muertes es el «bloqueo» de las pateras detectadas por la Guardia Civil española con el objetivo de frenar su camino hacia Ceuta. De esta forma, el Instituto Armado español espera la llegada de la Marina marroquí para que puedan ser devueltas a la costa alauí, según los testimonios de las personas migrantes que aseguran haber visto morir a sus compañeros en este tipo de operaciones.
«Lo más peligroso en el acceso a Ceuta son las devoluciones en caliente en el mar. Normalmente son pateras con motor y la distancia no es larga, pero la Guardia Civil nos detecta y salen al mar. Intentan bloquearnos para que no podamos avanzar y hacer tiempo para la llegada de la Marina marroquí», relatan a las Brigadas de Derechos Humanos de Caminando Fronteras algunos de los migrantes que viven en Castillejo (Marruecos) a la espera de poder llegar a España. «Cuando llega la Marina, el peligro es mayor, porque nos tira la cuerda para obligarnos a subir y, por otro lado, la Guardia Civil nos bloquea. Ahí es donde hay personas que caen al agua. Son momentos muy complicados sobre todo si hay niños en la patera».
La organización recoge el testimonio de un niño de seis años presente en una de las embarcaciones que, aseguran, fue «bloqueada» por la Guardia Civil. «Los hermanos llamaban a Salvamento Marítimo, pero no vinieron. Estaban los policías españoles y luego los marroquíes. Mamá gritaba porque los marroquíes empujaban la barca y se movía mucho. Mi hermana pequeña iba pegada a mamá, porque ella no es fuerte como yo y se podía caer al agua. Gritaba a los policías españoles para que me cogiesen pero tal vez no sabían inglés», describió el pequeño nigeriano a los investigadores de la ONG. «Los marroquíes no nos dieron mantas y tenía frío, mucho frío. Mamá lloraba y mi hermana pequeña también», añadió el niño.
La ONG detalla una de estas operaciones en la que, según los testimonios recabados, cuatro personas cayeron al agua en estos momentos de traspaso de una barca a otra, pero, denuncian, «los servicios de rescate no intervinieron». Según el informe, la Guardia Civil afirmó que el dispositivo de salvamento «se llevó a cabo por la Marina marroquí sin incidentes». Pero, a día de hoy, esas cuatro personas continúan desaparecidas, asegura la organización.
C. relata haber sido testigo de una de estas devoluciones. «Fue un horror, verles caer al agua, ver que nadie les socorría», dice el hombre de origen guineano a la ONG. La organización documenta que, después de «intentar presionar a las autoridades españolas y marroquíes para que buscasen a los compañeros que se habían caído», fueron «acusados de oponer resistencia y enviados a prisión». Tras varios meses detenidos, fueron liberados de los cargos de lesiones y acusados únicamente de inmigración clandestina, apunta Caminando Fronteras.
En las zonas de Ceuta y Melilla, recuerda el colectivo, «la Guardia Civil es quien tiene el poder de decidir si Salvamento Marítimo actúa o no aunque este reciba una alerta de socorro».
Deficientes medios de rescate marroquíes
Según las comunidades de migrantes, «los medios de rescate de Marruecos no están preparados, son embarcaciones militares de escasa experiencia en salvamento» por lo que «cuando hay dificultades o caen al agua, no tienen mecanismos para salvarles la vida». De esta forma, el hecho de que las autoridades españolas esperen a las autoridades marroquíes para que se encarguen del rescate, recuerda la ONG, aumenta las posibilidades de que acabe en tragedia.
En Canarias, la organización destaca la «deficiente capacidad de reacción» de los medios de rescate marroquíes cuando las pateras acaban a la deriva entre Bojador y Mauritania. En tres casos, «los medios de rescate marroquíes nunca reaccionaron a la demanda de socorro, lo que provocó su muerte». En esta zona, matizan, las operaciones de rescate son de por sí muy complicadas debido a la gran distancia que deben recorrer para llegar a las islas.
«Nos quedamos a la deriva, el motor se había parado y estuvimos horas y horas en el agua. Veíamos barcos de pesca, eran marroquíes pero no venían a rescatarnos ni nadie nos ayudaba. Fue un infierno horrible», explica un adolescente camerunés en un testimonio recogido por la ONG. «Finalmente logramos arrancar de nuevo el motor, como un milagro, y volvimos a la costa marroquí por nuestros medios». añade.
En algunas ocasiones en las que España ha fiado la búsqueda de embarcaciones en apuros a Marruecos en la zona del Estrecho, estas no han sido rescatadas o han acabado en tragedia, aseguran desde la ONG.
Ante esta situación, Caminando Fronteras solicitó a la Defensora del Pueblo clarificar las zonas de rescate marroquíes y españolas. «Es importante saber si Marruecos no tiene capacidad para rescatar y salvaguardar la vida cuando se dan circunstancias complicadas, como la mala meteorología, hasta qué punto puede llegar la colaboración entre ambos países y hasta qué punto se puede dejar a las personas ahogarse en una distancia de 14 kilómetros sin actuar», reza el informe.
Falta de colaboración entre España y Marruecos
La mayoría de las deficiencias en los rescates son detectadas cuando las pateras quedan a la deriva en la zona del Estrecho. La ONG denuncia los retrasos de una o dos horas en la salida al mar de la barca de Salvamento Marítimo, dependiente de Fomento, y la paralización de la búsqueda de pateras desaparecidas durante la noche.
Estos factores se suman a las riesgos implícitos del cruce del Estrecho. Generalmente, los migrantes escogen las barcas hinchables (toy) porque permiten la autogestión de la travesía sin acudir a las redes de tráfico y porque, según consideran, no son detectadas con la misma facilidad por el Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE). Además, apuntan, «la desesperación les lleva a salir con mal tiempo» para evitar que la Marina marroquí pueda retenerles porque «no tiene servicios de rescate» cuando la meteorología no es la adecuada, añaden.
Otra de las deficiencias que provocan largos retrasos entre la alerta de una patera en riesgo y la activación de los medios de rescate de Marruecos o España es, detallan, «el bloqueo de información entre los dos países». La ONG cita embarcaciones que Marruecos asegura haber rescatado pero, en realidad, nunca aparecen.
Entonces, vuelve a sonar al otro lado del teléfono de Caminando Fronteras una desesperación similar a la desprendida por el doctor Mohanad Jammo. «Por favor llevamos nueve horas aquí en el agua vemos la costa, vengan a por nosotros, al menos que envíen el avión, vamos a morir y a los marroquíes les da igual, no vienen. Les estamos llamando y no vienen», lamentaba con desespero T., una mujer congoleña, en el extracto de comunicación de una patera a la deriva en el mar de Alborán.