El centrista Emmanuel Macron, de 39 años, fue elegido este domingo presidente de Francia, el más joven de su historia, evitando así que esta potencia económica mundial cayera en manos de la extrema derecha de Marine Le Pen.
De acuerdo con las primeras proyecciones de los resultados electorales, Macron obtendría 65,5% de los votos, superando a la candidata del ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen, quien alcanzaría el 34,5% de los votos.
El exbanquero Macron remplazará al socialista François Hollande en una Francia muy dividida políticamente, entre las zonas urbanas (privilegiadas y reformistas) y las desheredadas (tentadas por los extremos).
Emmanuel, que no parece recular ante los desafíos, tiene varios por delante de gran calado como un desempleo endémico de 10%, la lucha antiterrorista y la crisis de la Unión Europea (UE).
Aunque Marine Le Pen, de 48 años, pierde por amplio margen, no es una derrota en toda regla para ella ni para su partido (el Frente Nacional), que ha convencido a entre el 33.9% y el 34.5% del electorado con promesas en contra de la inmigración y el euro. No sólo eso, sino que se ha hecho un hueco entre las principales fuerzas políticas del panorama nacional.
Un vendaval
En apenas un año, desde que fundó el movimiento centrista ¡En Marcha!, Macron se abrió paso en un país en el que dos grandes partidos tradicionales de izquierda y derecha se alternaban en el poder desde hacía medio siglo.
Se los llevó por delante en la primera vuelta con temas económicos y sociales. Para la segunda partía con una ventaja holgada en las encuestas, reforzada en el debate con su rival, pero eso no le impidió un susto de último minuto, con un pirateo informático masivo de documentos cuyo origen se desconoce y que está siendo investigado por la justicia francesa.
Para el mundo, estas elecciones son un termómetro que mide la fuerza de los populistas y toma el pulso a la Unión Europea tras el triunfo del Brexit en el Reino Unido.
Retos
El hombre que ha zarandeado la política con un nuevo partido fascina a propios y extraños. No sólo por su juventud, sino por estar casado con una mujer 24 años mayor que él: Brigitte, la futura primera dama rubia y esbelta que fue su profesora de teatro y estuvo omnipresente en la campaña.
Líderes mundiales de la talla de la canciller Ángela Merkel y del ex presidente estadunidense Barack Obama apoyaron su programa, centrado en la divisa: “una Francia abierta, confiada y conquistadora” en “una Europa protectora”.
Macron será el presidente más joven de la historia de Francia, por delante de Luis Napoleón Bonaparte, quien tenía 40 años cuando fue elegido en 1848, y uno de los más jóvenes del mundo.
Tiene cinco años por delante para dirigir un Estado con armas nucleares, miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y motor, junto con Alemania, de la Unión Europea, cuya zona euro quiere dotar con un presupuesto, un Parlamento y un Ministro de Finanzas propio.
Llamada “cordial”
Emmanuel Macron, mantuvo una conversación telefónica “breve” y “cordial” con su contrincante, la ultraderechista Marine Le Pen, según el equipo del joven centrista.
Esta charla tuvo lugar minutos antes de que se conocieran las primeras estimaciones oficiales de la segunda vuelta de las elecciones, que lo convirtieron en el presidente más joven de la historia de Francia.
(Con información de La Jornada)