A veces el roce del cuerpo humano.
Con el agua del río, quizá me estremece.
Pienso en amores pasados y no concluidos.
Y a la orilla de río siempre esperaré
El último beso recibido,
Que sé, y así sueño,
Con » El Dios de las pequeñas cosas»,
Que me lo concederá…
Yo amé y ella fue amada.
Siendo testigo el río.
Nadie nos vio…bajo el cielo del Dios de las estrellas,
Darnos el último beso recibido.
¿Y sus manos? ¡Que hablan de amor cuando cogen!,
De besos son todo halagos.
Me dicen de sinsabores -¿Oh, Jesús, divinas manos?-, me atrapan cuando me oprimen…,
Se apoyan en mis costados.
Que cuando besan sus labios… yo digo: ¡fueron sus manos!
¡Que yo quiero verla pronto!, caminito de Santiago.
¡Que llevo mis sueños verdes!, y quiero besar sus manos
La Coruña (España), 30 de abril de 2017
©Mariano Cabrero Bárcena