En cierto momentos, es fácil que nos sintamos
desnudos ante el miedo, y alguna situación que
intenta conducir o guiar nuestra propia vida.
¿Deberíamos acatar sus órdenes, y convertirnos en
un esclavo de lo que no queremos ser?.
¿Acaso no podemos ser luz que alumbre el día?.
Ante nuestros ojos, tenemos maravillas que la misma
naturaleza, y la creación del ser humano, nos ha puesto
para nuestro deleite.
También está presente, una penumbra densa que nos
evita contemplar el entorno como debería ser.
Lo que importa, es no cesar en el empeño de lograr
aquello que nos ayude a sentirnos realizados y ¡como
no!, reconfortados..