El amor, es como un aguacate, madurado por los
rayos del sol de poniente. Es semejante, al silencio
del amanecer en el alma.
Es similar, a la mirada dulce, tierna y cálida de un
niño de escasos meses, dispensada desde su cuna
de amor.
El amor, es la verdad y la mentira en justa unión,
para conseguir soportar algún que otro dolor, que
la misma vida nos aporta sin solicitarlo.
El amor, en ocasiones, es lágrima que se une al
río de la vida, desembocando más tarde en el mar
de la pasión.
Sentimientos unidos, por eslabones de oro cuando
es verdadero.
Es, en definitiva, alegría procedente de dos seres
unidos por los mismos sentimientos, que logra dar
mayor fuerza a las palpitaciones del corazón.