Una mañana de miedo, nervios y lágrimas en el barrio de Ciudad Jardín y concretamente en la Plaza de Ronda.
Poco antes de las ocho de la mañana algunos vecinos notaron olor a quemado. “Estaba asomado a la ventana y empecé a oler a humo”, decía un vecino de la misma letra de la planta superior. Con otro vecino “Empezamos a golpear la puerta; creo que a la madre la desperté con los golpes. Se acercó a la puerta y ya escuchamos sus gritos pidiendo ayuda. Incluso cómo intentaba abrir la cerradura. Nosotros intentamos empujar, pero era una puerta blindada imposible de derribar. Aconsejé a Antonia que se dirigiera a una ventana mientras llegaban los bomberos y llamé al 112”, relata el vecino.
Antonia García, de 80 años y enferma de alzhéimer, pudo ser rescatada por los bomberos, y anoche aún estaba ingresada en el Civil, aunque fuera de peligro. Alberto Macías, uno de sus tres hijos, falleció en el siniestro. El hombre cuidaba de su madre enferma, aunque él mismo sufría episodios depresivos, según distintas fuentes.
La Policía Nacional fue la primera en llegar al edificio, y desalojó las plantas más cercanas a la vivienda siniestrada pero al resto de vecinos les pidieron que permanecieran en sus casas. Pero aun así muchos salieron a la calle y otros subieron a la terraza del bloque.
Las llamas salían con virulencia por las ventanas que dan a la calle Marquesa de Moctezuma. Seis dotaciones del Cuerpo de Bomberos de los parques de Martiricos y Mayorazgo participaron en la extinción del incendio.
Un joven del cuerpo de Bomberos de Málaga, R.A., fue uno de los protagonistas del rescate de Antonia García. Con otro compañero subió a la cesta del camión auto escala. Explicó que llegaron a la octava planta y encontraron a la mujer en la ventana. Intentaron sacarla, pero viendo las dificultades y que podían hacerle daño él entró por la ventana y ayudó a la señora. “¡Mi hijo está dentro!”, recuerda que les dijo cuándo se serenó un poco. Mientras el compañero bajaba a la mujer, él comenzó a recorrer la vivienda en busca del hijo. Después de dejar a Antonia en tierra “volvió mi compañero y juntos rastreamos la vivienda, el salón, una habitación, pero más allá ya no fuimos capaces, el fuego estaba muy avanzado, nos faltaron un par de metro para llegar a la puerta, donde estaba el hombre”, recordó ayer.
Los vecinos regresaron a sus casas después del mediodía. Excepto los del piso superior que estaba muy afectado en la estructura del forjado.
El balance del siniestro dejó también tres bomberos y un vecino que necesitaron atención sanitaria, aunque por la tarde fueron dados de alta.
Por el momento, se desconocen el origen y las causas del fuego.