El real decreto 843/2011 fijaba el plazo de 31 de diciembre de 2014 para que en cada comunidad autónoma la autoridad sanitaria estableciera criterios de flexibilización en materia de recursos humanos que permitan garantizar la calidad de la actividad sanitaria de los servicios de prevención en las especialidades de Medicina y Enfermería del Trabajo. Por este motivo, la FSS-CCOO Andalucía dirigió dos escritos al SAS, en abril y diciembre de 2015, señalando la necesidad de ajustarse a la legislación vigente, advirtiendo de que el plazo establecido para ello se había superado, solicitando un listado de las unidades de vigilancia de la salud con su plantilla y correspondiente titulación y exigiendo un compromiso por parte del SAS para diseñar una hoja de ruta para adaptarse a la normativa que marca dicho RD en cuanto a dotación de personal, requisitos de titulación y organización funcional.
Además esta organización sindical, después de 15 meses de negociación en la Mesa Técnica de Prevención de Riesgos Laborales, de actuaciones ante la Inspección Territorial de Trabajo y Seguridad Social de Andalucía y de elaborar un exhaustivo informe presentado al SAS, que evidenciaba las deficiencias de personal en las unidades de la vigilancia de la salud y cuantificaba las deficiencias de personal en las unidades de la vigilancia de la salud en las distintas provincias, utilizando las ratios que marca el propio RD 843/2011, ha contribuido decisivamente para que la administración sanitaria haya determinado ampliar en 15 plazas el número de especialidades en Medicina y Enfermería del Trabajo y calendarizar la contratación de dichos profesionales a lo largo del año 2016, 2017 y 2018 en Málaga.
Al respecto, según ha explicado el secretario general del Sindicato de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO de Málaga, Rafael González, “estamos satisfechos y valoramos el esfuerzo que supone para la Administración este aumento de plantilla, pero advertimos que aún es insuficiente para adecuarse a las ratios establecidas en la normativa y desarrollar plenamente el trabajo de los médicos especialista en medicina del trabajo en cuanto poder estudiar las enfermedades susceptibles de estar relacionas con el trabajo, a los efectos de poder identificar cualquier relación entre las causas de enfermedad y los riesgos para la salud que puedan presentarse en los lugares de trabajo”.
El dirigente sindical afirma que, para ello, “harían falta un total de seis médicos del trabajo y seis enfermeros del trabajo, sin olvidar a los técnicos de prevención que, sin estar incluidos en las unidades básicas sanitarias, cumplen un papel primordial y de apoyo a dichas unidades, y aplicando la misma ratio harían falta cinco técnicos”.
Además de solicitar la creación de plazas, según normativa y número indicado por CCOO, el sindicato hace propuestas como que todas las jubilaciones de los preventivitas se transforme en plazas de medicina del trabajo y aquellos que tengan la titulación puedan acceder al nuevo puesto de la especialidad medicina del trabajo mediante una orden de integración. También exige un registro de enfermos y enfermedades profesionales del SAS así como de agentes cancerígenos en los centros sanitarios, y efectuar sistemáticamente y de forma continua la vigilancia colectiva de la salud de los trabajadores, en función de los riesgos a los que están expuestos.
Finalmente, González ha señalado que “necesitamos generar, registrar y permitir la utilización de la información, cambiar la forma con la que trabajamos con datos de ocupación y crear buenos hábitos. Para ello es fundamental tener una dotación adecuada de médicos y enfermeros del trabajo y de técnicos de prevención que tienen una función principal de vigilancia y control de la salud de los trabajadores integrando la vigilancia de la salud con la unidad de prevención de riesgos laborales para que el médico conozca funciones, productos que utiliza, el horario, etc. y así aumentar la declaración de las enfermedades profesionales”.