Aire, tu eres quien envuelves con sutil suavidad,
todo aquello que te rodea,nos alimentas sin pedir
nada a cambio.
Cuando decides ponerte en movimiento, te transformas
en viento, nos traes aromas,y te llevas alguna que otra
pena…
Cuando te muestras irascible e iracundo, nos muestras
tu inmenso poder y enorme fuerza, viéndonos en parte
obligados a sucumbir ante tu presencia.
Hoy, deseo que permanezcas callado, guarda tus
legendarias vivencias, entre las grandes masas pétreas.
¡Si pudiera incorporarme a ti, disfrutaría del don de
la ubicuidad!!.