Reconozco, que soy pluma escondida en medio de
un torbellino de letras, la inmensa mayoría, hechas
de esperanzas truncadas; a pesar de ello, sigo sin
perder el interés en resistir los embates del viento.
Me encanta, seguir contemplando cosas sin importancia
saliendo a su encuentro al atardecer, para comprobar, que
algunas han cambiado los lamentos por pura ilusión.
¡Hay silencios tan especiales, que sin decir una sola
palabra, lo dicen todo con la mirada!!.
Resulta curioso comprobar, que en algo tan pequeño
como una lágrima, quepa algo tan grande como es
el sentimiento verdadero.