El índice glicémico está directamente relacionado con la cantidad de alimentos basados en Hidratos de Carbono que ingerimos y lo rápido que estos, previa transformación en glúcidos -azúcar- llegan al torrente sanguíneo.
A continuación entra en acción la hormona insulina, procedente del páncreas, que es la encargada de regular la cantidad de glucosa de la sangre para que esta se distribuya por todas las células de nuestro cuerpo aportándonos energía.
El páncreas tiene un límite de producción de unidades de insulina al día, por lo que si excedemos la cantidad de ingesta de alimentos con HC, nos encontraremos con un serio problema: la hiperglicemia, o exceso de azúcar en sangre. Esto conlleva también a la aparición de la enfermedad de la diabetes (tipo II).
Por ello, es importante conocer la concentración de glúcidos que contienen los alimentos y poder así, saber mantener una alimentación equilibrada donde entren en juego el resto de nutrientes.
Existen unas tablas ya definidas indicando tanto los distintos niveles de concentración de glúcidos en los alimentos, como las calorías que aportan.
Estos están divididos en colores para establecer una rápida localización de los mismos. Así el color rojo es índice elevado, el naranja índice medio y el verde, índice bajo.
Pondré un ejemplo concreto para tener en cuenta una elección inteligente:
El arroz blanco contiene 366 Cal. (100g) y un IG de 70(%) ambos datos marcados en rojo.La avena contiene 367 Cal. (rojo) y un IG de 40 (%) marcado en verde.
Ambos alimentos aportan la misma energía, en cambio, comer arroz blanco provoca una subida drástica de azúcar en sangre; mientras que la avena no tendrá ese inconveniente.
Por otro lado, la subida repentina de azúcar en sangre provoca unos picos muy pronunciados tanto que la bajada será igualmente rápida, quedándonos “vacíos” y con hambre en un corto período de tiempo.
LAS TABLAS: