En esta nueva oportunidad buscamos iniciar una reflexión profunda sobre lo que significa el agradecimiento y cómo puede repercutir en la vida, pero ¿qué es realmente agradecer? ¿Será que tenemos razones para estar agradecidos con alguien, con algo?, ¿con Dios?, ¿con la vida?, ¿con lo que nos rodea? Con la familia etc.
Llevamos un par de décadas y algo más observando, estudiando y tratando de analizar el comportamiento humano con las herramientas que nos brinda la Psicología Gnóstica: efectivas técnicas que nos permiten llevar la atención de adentro hacia afuera, pues de nada serviría observar nuestro entorno sin ver lo que se mueve en nuestro mundo interior.
En este recorrido hemos encontrado a muchas personas que sobre este tema nos dicen: “No tengo nada que agradecer, ¿no me ves? Tengo un trabajo simple, vivo de alquiler, no tengo un hogar, no gano un gran sueldo”… y un sinfín de quejas con sus correspondientes “ay, ay, ay”. Después de escuchar atentamente tan triste panorama, empezamos entonces a realizar el siguiente cuestionario de valoración a ver si en medio de todo ese caos aparentemente sin salida, existe alguna razón por la que esa persona pueda agradecer. Y usted, querido lector, puede que se pregunte: “¿Agradecer a quién?”. Le diré entonces, simplemente, que a quien usted prefiera. Agradezca al infinito, al universo, a esa Energía Poderosa Divina existente que palpita en cada átomo, como en cada sol. Imagínelo y sienta como prefiera, nómbrelo como más le guste, pero agradezca, ya que el efecto es como un bumerán que regresa lleno de carga positiva, oportunidades, soluciones, salidas, ideas. ¿Quiere comprobarlo? Inténtelo, haga la prueba. En lo particular le llamo DIOS, más no como una creencia en un ser de barba blanca que está en el cielo o algo similar, más bien ese Dios que está expresado en toda manifestación de vida, que habita este hermoso planeta, que se percibe en el agua, en el aire, en las plantas, en los animales e incluso, con toda la barbarie que habita en la mente de muchos seres, también se manifiesta en las personas.
Por esta razón, cuando tenemos diálogos, talleres o actividades con seres que anhelan salir adelante en medio de las dificultades propias por las circunstancias de la vida, lo primero es buscar activar algo que se conoce como AUTO- OBSERVACIÓN. Esta técnica nos permite hacer una valoración constante de todo lo que sucede externa e internamente, encontrando así las causas de muchos de los problemas que nos aquejan. Pero a ese tema de la auto-observación le dedicaremos más adelante un artículo entero ahondando en profundidad en cómo se hace y los múltiples beneficios que nos da como resultado inmediato. Es necesario acotar que es uno de los puntos a tratar en los cursos de Gnosis que se dictan en los más de 30 países en los que los estamos impartiendo.
El cuestionario de valoración consiste en la siguientes preguntas básicas:
1-¿Puede ver? Si la repuesta es positiva, ya tenemos una inmensa razón por la que agradecer. ¿Sabe cuántas personas no han podido disfrutar el hermoso amanecer de hoy y de cada día?
2-¿Está bien su sentido del olfato? Si la respuesta es afirmativa, entonces ¿hace cuánto no disfruta del suave olor a sal que emite la costa?; ¿hace cuanto no percibe el aroma delicioso de una mandarina o de una flor silvestre?
3-¿Puede hablar? Cuide sus palabras, no imagina lo terrible que es sentir que se pierde la voz, que aunque quiera expresar ideas y pensamientos no puede hacerlo. ¡Es maravilloso cantar, hablar, reír!
4-¿Escucha? ¿Sabe que hermoso es este sentido? Escuchar un “te amo” de un ser querido, escuchar el canto de las aves, porque aunque lastimosamente el “ser humano” las tenga en una jaula, ellas cantan cada mañana.
5-¿Puede caminar? Estoy segura de que usted ya sabe esto, pero solo quiero recordar que hay millones de personas en este mundo que darían todo lo que tienen por correr por un campo, sentir la brisa de la libertad en su rostro, subir de paseo a una montaña con amigos y tantas otras cosas.
6-¿Tiene manos? Agradezca por tener manos, ¡hay tantas cosas que hacemos con ellas! Son infinitas, incansables, ¿quiere hacer una prueba? Intente cepillarse sin ellas, comer sin ellas, conducir sin ellas, escribir sin ellas. Muchas personas no las tienen y han tenido que aprender con mucho esfuerzo y dedicación a valerse de otras maneras, y usted que las tiene ¿las valora?
Estos y otros cuestionamientos simples son la primera parte de dicho cuestionario, sin embargo, algo tan simple no es valorado en la cotidianidad de la vida. Hay personas que carecen de uno o más de estos sentidos y aún así son luchadores incansables y tienen una sonrisa a flor de labios. Más también hemos encontrado personas que lo único que necesitan es observar con detenimiento cuan ricos son, lo único que les hace falta es dinero.
Finalizo este artículo recordando esa interesante frase popular que dice: “Hay personas tan pobres, tan pobres, que lo único que tienen es dinero”.
MARGARITA MÉNDEZ