España se sitúa en el puesto número 19 dentro del ranking mundial de países con mejor conectividad fija a Internet. Según datos incluidos en el informe sobre el Estado de Internet elaborado por la consultora internacional Akamai Technologies correspondientes a 2016, el país tiene una velocidad de descarga media de 14,5 Mbps, lo que representa una mejora del 40% respecto a los datos de 2015 (10,4 Mbps). De esta manera, España adelanta a algunos países vecinos como Italia, Francia o Alemania. Cada persona tiene contratada una velocidad diferente, pero los datos son una media del conjunto de las diferentes conexiones. De hecho, si alguien está interesado en saber cuál es la velocidad real a la que se está conectando en cada momento, basta con acceder a aplicaciones online como el test de velocidad de Vodafone.
A los domicilios, no suele llegar la máxima velocidad contratada, ya que todo ello depende de un largo proceso al que están ligados varios factores, como la cercanía de tu casa a los nodos de conexión de la central telefónica, entre muchos otros. Por tanto, para conocer la realidad de nuestra conexión, bastará con un clic; después, la plataforma procederá a realizar el análisis de conexión de manera virtual, tras lo cual, en menos de un minuto, nos ofrecerá los resultados de la velocidad de subida y bajada. La primera es aquella con la que se envía una determinada información desde el ordenador a Internet y la segunda es la velocidad de descarga de datos, es decir, el tiempo que tarda la información en llegar a nosotros a través de Internet.
Por ejemplo, la conexión afecta cuando nos llega un correo electrónico que adjunte una imagen o un documento que queramos descargar. El tiempo que tarde en llevarse a cabo dicha acción variará en función de nuestra velocidad de bajada. En otros casos, si somos nosotros los que queremos enviar un determinado archivo o subirlo desde nuestro ordenador o aparato electrónico a una página web, tendremos que tener en cuenta nuestra velocidad de subida. Normalmente, ambas suelen estar proporcionadas.
Actualmente, queremos todo y lo queremos ya, no tenemos tiempo de esperar nada, vivimos en una sociedad caracterizada por personas que viven aceleradas y que se rigen por la inmediatez. Por ello, cualquier compañía que nos ofrezca servicios de Internet suele opta por proponer tecnologías de alta velocidad como la fibra óptica y el 4G, ya que es lo que prefiere la mayoría de los clientes. Las empresas se adaptan a las circunstancias y brindan a los usuarios todo lo que piden o necesitan.
Cuanto más aumente la velocidad de Internet, mejor optimizado estará el rendimiento de conexión. De esta manera, nuestra experiencia de navegación y descarga será más rápida. Por tanto, resultará más fácil utilizar la red, sin problema de pérdida de señal, para un conjunto de actividades diferentes como consultar el correo electrónico o las redes sociales, ver televisión por Internet o navegar en cualquier página. Depende de qué actividad es la más habitual, deberemos contratar 20 o 50 MB de velocidad.