La batalla por la última gran ciudad en manos del Estado Islámico (EI), Mosul, forzó en los últimos nueve días a más de 57.000 civiles a abandonar sus hogares y buscar refugio en las afueras, mientras que la ONU estima que alrededor de 750.000 personas seguirían encerradas en esa urbe, escenario de combates y bombardeos cotidianos.
Un comandante del Ejército iraquí informó que sus fuerzas continuaron avanzando este domingo sobre el oeste de Mosul, la parte de la ciudad que sigue bajo control de la milicia islamista y anunció que se encuentran muy cerca de la estación central del tren y de la sede de gobierno municipal, en el casco histórico de la devastada ciudad.
El comandante de las Fuerzas Antiterroristas del Ejército de Irak, Abdelwahab al Saadi, le dijo a la agencia de noticias EFE que los combates más intensos se registraron cerca de la estación de tren y que al menos 12 combatientes del EI fallecieron este fin de semana.
La ofensiva en la mitad oeste de Mosul comenzó el 19 de febrero pasado, después de que el Ejército, miles de policías y milicianos aliados lograran tomar la parte oriental de la ciudad, una victoria clave después de meses de avanzada y asedio militar, que incluyó una campaña de ataques aéreos diarios de la coalición internacional liderada por Estados Unidos.
Mientras la ciudad de Al Raqa, en la vecina Siria, fue designada por los islamistas como la capital de su supuesto califato, Mosul en Irak es considerada el principal bastión de la milicia en ese país. Por eso, Bagdad movilizó a todas sus fuerzas, regulares y paramilitares, para recuperarla.Pero en esta ofensiva, como en las anteriores, la población civil es la que más sufre.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estimó que al día de hoy 34.420 familias, 206.520 personas en total, tuvieron que abandonar sus hogares en Mosul y los alrededores por los combates, que comenzaron con fuerza el 17 de octubre pasado. Sólo en los últimos nueve días, 45.714 personas escaparon de la ciudad.
Pero Mosul es una de las ciudades más importantes de Irak y aún quedan 750.000 civiles atrapados en los barrios occidentales bajo control aún del EI. La ONU advirtió una y otra vez que los combates urbanos los pone en directo peligro.
Desde que la milicia avanzó sobre el norte y el oeste de Irak en 2014, alrededor de 4,3 millones de civiles tuvieron que abandonar sus hogares y 600.000 aún siguen en campos de desplazados, en condiciones muy precarias, según datos oficiales del gobierno nacional.
A estas cifras, se suma el saldo de víctimas civiles, otro número que hace más que aumentar.
La misión de la ONU en el país informó la semana pasada que casi 400 civiles murieron y más 600 resultaron heridos en atentados y otro tipo de hechos de violencia en el mes de febrero.