Nada más entrar en la comisión de Defensa del Congreso, María Dolores de Cospedal se dirigió al extremo de la sala que ocupaban las familias de las víctimas, invitadas con el acuerdo de todos los grupos parlamentarios. Una vez las saludó, su discurso inicial sobre el informe del Consejo de Estado no ha aportado ninguna novedad, más allá de insistir en que su asunción de responsabilidades supone «un cambio de criterio» en la política de su ministerio en este asunto. Pero ante la exigencia de la oposición, Cospedal ha acabado pidiendo perdón a los familiares «en nombre del Estado por no haber reconocido su responsabilidad».
De esta forma, 14 años después del siniestro que costó la vida a 62 militares, un Gobierno del PP ha acabado pidiendo perdón a sus familias por la responsabilidad del Estado. Mariano Rajoy y el propio Trillo expresaron sus condolencias y peticiones de disculpas, pero por las muertes y no por su papel o el del Gobierno en el accidente.
«Como hice recientemente en privado con ellos, reitero mi apoyo y compromiso inquebrantable en el recuerdo y memoria de las víctimas por parte de Defensa, del Gobierno y de la sociedad española», ha afirmado la ministra, que ha repasado los sucesivos momentos de los procedimientos penales y civiles desde el accidente. Así, ha subrayado que «como ministra», asume las conclusiones del órgano consultivo y la responsabilidad aunque no haya lugar a pagar nuevas indemnizaciones a los familiares.
Cospedal ha desvelado que España nunca pagó a NAMSA los 149.000 euros que constaban en el contrato porque la agencia nunca giró la factura. La ministra trató de evitar las comparaciones, pero acabó diciendo que no se pagó un transporte porque «no llegó lo que debía llegar», en referencia a los militares. A esa cantidad presupuestada había que restar el coste del combustible y las tasas de navegación, ha explicado.
«Reconozco la responsabilidad patrimonial de la Administración. Tenemos la obligación moral de honrar la memoria de las víctimas, pedir un justo y digno reconocimiento para ellas y para sus familias y, además, tenemos que aprender las lecciones a extraer de un tragedia así. Se lo debemos a ellos, a los militares fallecidos. El ministerio ha puesto todos los medios para minimizar al máximo los riesgos e intentar que no se pueda repetir», ha asegurado Cospedal durante su intervención inicial.
«Me gustaría transmitirles mi intención de que la resolución del expediente sea instrumento de sanación y mitigue al menos parte del dolor. Las víctimas lo merece, las familias lo necesitan y la sociedad nos lo pide», ha concluido.
Antonio Hernando, portavoz del PSOE, ha coincidido con la ministra en que se trata de un «acto de respeto» aunque llegue 14 años después del siniestro, pero le ha exigido que fije un plazo para las conclusiones de su investigación interna. «Y, cuando las tenga, tráigalas aquí».
El socialista ha exigido además que Cospedal pida perdón a las víctimas, un extremo al que se ha sumado Albert Rivera, el siguiente portavoz, y, en general, todos. En el momento de la réplica ha sido cuando la titular de Defensa ha pedido disculpas a las víctimas «en nombre del Estado».
Si Rivera ha reprochado la primera reacción de Rajoy al conocerse el dictamen y su conclusión de que era sobre algo que pasó «hace muchísimos años» que ya está «sustanciado», también lo ha hecho el socialista, que se ha preguntado además por qué se conoció el informe por el diario El País y no por el propio ministerio. El turno de Pablo Iglesias se ha convertido en una lectura de numerosas preguntas sobre los aspectos que siguen sin estar aclarecidos. El portavoz de Unidos Podemos ha formulado 32 cuestiones a Cospedal, que ha empezado tomando notas y se ha rendido pocos minutos después. El líder de Podemos, que ha asegurado que su intención no era buscar «el uso político del dolor» sino ser «enormemente sobrio» se ha interesado por el incumplimiento del contrato de los vuelos y por saber quién era el responsable, así como por el mal funcionamiento de la caja negra, la falta de supervisión de la seguridad del transporte y el protocolo para trasladar las quejas.
¿»Cómo es posible que Defensa recibiera 12 quejas previas y no adoptara ninguna decisión?», le ha preguntado dentro de una larga batería de cuestiones. «¿Cómo se han modificado ahora? ¿Puede identificar a los mandos responsables de que estos informes y reclamaciones no fueran tenidos en cuenta?
«Se dicen que no existen, pero ¿en la cuarta economía del euro pueden desaparecer contratos?», se ha preguntado sobre los 42 vuelos similares subcontratados con NAMSA.
La misma técnica usó Gabriel Rufián, de ERC. El diputado independentista preguntó a la ministra si volaría con una tripulación que no había descansado durante 22 horas o cómo es posible que lo hiciera sin una caja negra en condiciones. También, por qué Federico Trillo acabó en la embajada ante Reino Unido «y no en su casa o, mejor, ante un juez» o cómo es posible que una de las familias, la de Cardona, recibiera restos con tres pies distintos.
«Que los responsables de la sinvergonzonería no duerman una sola noche más en paz», deseó durante su intervención.
Como respuesta a los documentos que faltan o a la posibilidad de que alguien se enriqueciera con las subcontrataciones o con la ausencia de póliza aseguradora, Cospedal se ha reafirmado en que «intentará encontrarlos», pero ha manifestado sus dudas sobre el éxito que pueda tener en la misión.
«Han pasado muchos años y hay muchos documentos que nunca antes se han pedido. Nunca», ha subrayado sobre los expedientes de subcontratación de los otros 42 vuelos. «Es muy difícil que hoy podamos encontrarlos. A veces es imposible ir más allá», ha dicho. La ministra ha precisado además que NAMSA no giró la factura al ministerio y no se llegaron a pagar los 149.000 euros presupuestados.