Un hombre atropelló con un camión y mató a cuatro soldados en Jerusalén

Un hombre, identificado por medios israelíes como un palestino, atropelló hoy con un camión y mató a 4 soldados y dejó otras 15 personas heridas en Jerusalén este, la parte palestina de la disputada ciudad, y poco después fue «neutralizado» por la Policía, según las autoridades.
El vocero de la Policía israelí, Micky Rosenfeld, informó que aumentaron «la seguridad en la zona» y anunció que están «tratando de determinar la identidad del terrorista», según la agencia de noticias EFE.
Mientras tanto, el canal 10 de la televisión israelí aseguró que el conductor del camión murió acribillado por la Policía después del ataque y que se trató de un palestino con ciudadanía israelí del barrio de Yabal Mukaber, en Jerusalén este.
Según informó la Estrella de David Roja, el equivalente a la Cruz Roja nacional, las víctimas fatales eran tres mujeres soldados y un hombre, todos de alrededor de 20 años, lo que permite presumir que se trataban de conscriptos que volvían al servicio después del fin de semana.
«El terrorista llegó desde la dirección de la calle Alar. Vio a un grupo de personas que salían de un colectivo que se había detenido a lo largo del paseo y, por lo que sabemos, aceleró y las atropelló», explicó el vocero policial del distrito de Jerusalén, Galit Ziv, según el diario digital Ynet.
Varios de los soldados que fueron atropellados quedaron atrapados debajo del camión y fueron atendidos allí mismos, mientras el resto fueron trasladados de inmediato a varios hospitales cercanos.
El ataque se produjo muy cerca del asentamiento israelí de Armon Hanatziv, dentro de Jerusalén este.
Jerusalén este es uno de los tres territorios reconocidos por la comunidad internacional como tierras palestinas ocupadas, junto con Cisjordania y la Franja de Gaza.
Desde hacía varios meses la tensión y el número de ataques palestinos contra israelíes parecían haberse reducido.
En octubre de 2015, la región se vio sacudida por una nueva escalada de violencia esta vez en la forma de una serie de ataques -en su mayoría apuñalamientos y con vehículos- de palestinos contra israelíes, especialmente contra fuerzas de seguridad y colonos. A su vez, esto provocó una ola de represión sistemática del Ejército y la Policía israelí contra palestinos.
En total, esta espiral de violencia, que duró más de un año, dejó más de 200 palestinos y cerca de 40 israelíes muertos.