Estadística, y oficialmente, hace tres años la economía comenzó a crecer. Aunque en 2014 mejoró un tibio 1,4%, en 2015 y 2016 el PIB ha avanzado a tasas por encima del 3%. «Recuperación económica impresionante», lo ha llamado el FMI recientemente. Y sin embargo, decenas de miles de trabajadores son despedidos en procesos de regulación colectiva que realizan las grandes empresas que siguen ajustando sus plantillas. En los diez primeros meses de 2016 (últimos datos oficiales) casi 20.000 trabajadores fueron despedidos en un ERE, prácticamente la misma cifra que en el mismo periodo de 2015. Y las cifras seguirán subiendo porque en las últimas semanas se han anunciado abultados despidos colectivos.
Este mismo diciembre se conocía el cierre de la cadena de ropa Blanco que supondrá poner a sus 850 trabajadores en la calle. El cierre de Caramelo (con 169 trabajadores), los 132 despidos de Promod en España y el ajuste en Electrodomésticos Miró (que prescindió de 132 empleados) dejan claro que pese a la mejora del consumo, al comercio le queda aún mucho margen para sentir la recuperación.
Tan solo hace unos días se dejó en el aire el ajuste de plantilla de Banco Sabadell que aunque no se ha concretado habla de otros 800 trabajadores fuera de la entidad en los próximos meses.
La banca ha sido este año la que más ha utilizado los procesos de regulación de empleo, conocidos como ERE, en un proceso que parece que se prolongará durante los próximos ejercicios. La digitalización del sector tendrá como primera víctima sus plantillas y a principios de año anunció procesos que implicaban despedir hasta a 4.000 personas aunque luego se limaron estas cifras. En general los acuerdos se están cerrando con prejubilaciones y bajas voluntarias, el sector pierde miles de empleos. El Banco Popular, inmerso en una profunda crisis, protagonizó el despido colectivo del año, con 2.592 empleados en la calle.
Novobanco, Caixabank y CEISS (que prescindió de 850 personas en su plantilla) son otras de las entidades financieras que han seguido adelgazando su capital humano. La tendencia es imparable con el continúo cierre de oficinas.
Las telecos envejecen y se fusionan
Otro de los sectores que más ha laminado sus plantillas es el de las teleoperadoras. Los procesos de concentración y el envejecimiento de sus plantillas, especialmente la de Telefónica, ha reducido drásticamente el número de empleados. Según las estadísticas que publica la CNMC con el personal del sector, a mitad de semestre había unas 56.000 personas trabajando en la industria de las telecos en España, alrededor de un 6% menos que en el mismo periodo un año antes.
Telefónica ha protagonizado un gran ajuste de plantilla por la vía de las prejubilaciones. Aunque arrancó en este 2016 se extenderá durante el siguiente ejercicio. Por lo pronto, en este año se han desvinculado de la empresa 3.600 trabajadores. Las condiciones eran ser mayor de 53 años y tener 15 de antigüedad en la empresa. A cambio recibe el 68% de su sueldo hasta la edad de jubilación.
El otro gran ERE en el sector del año fue el de Orange, que tras fusionarse con Jazztel despidió a 435 trabajadores. El año anterior le había tocado el turno a Vodafone que tras fusionarse con ONO despidió a un millar de trabajadores. También relacionada con el sector está Ericsson, que anunció un ERE para 281 trabajadores en sus centros de Madrid y Málaga, en línea con la reducción de la plantilla sueca.
La construcción no levanta cabeza
Otras grandes empresas que perpetraron ERE este año fueron Repsol (870) y las constructoras e ingenieras como Sacyr (327), FCC (650) o Isolux Corsán (482). Pese a que ya han pasado años de la crisis inmobiliaria estas empresas siguen sin encontrar el equilibrio en sus negocios. También una filial de Indra (participada en un 20% por el Estado) protagonizó uno de los grandes despidos colectivos del año al echar a 400 personas.
Al menos, la industria no fue tan golpeada como los ERE en este año como en ejercicios anteriores. Destaca el cierre de Delphi (que hace componentes de automoción) que dejó 536 personas en la calle o en la planta de PSA de Vigo, donde se prescindió de 400 trabajadores. También los 120 trabajadores de la ingeniería suiza ABB (en la foto). Además la federación industrial de UGT (FICA) también tuvo que hacer un ERE en el que despidió a 110 trabajadores. Más modesto fue el ERE de CCOO en la Fundación de la Formación y Empleo que despidió a 58 trabajadores.
Un sector que capeó bien la crisis, el farmacéutico, vio como una de sus empreas insignia, Almirall despedía a 102 trabajadores. Los medios de comunicación, que sufrieron un tsunami a partir de 2010, tampoco se escaparon este año a la tijera con 160 despidos en Unidad Editorial (editora de El Mundo). También parece que no cesa el adelgazamiento de la que fuera la primera aerolínea española. Iberia anunció este 2016 otro proceso que afectará a 1.000 trabajadores. El enésimo al que se enfrenta la compañía.