«Todo mi cariño, todo mi afecto y todo mi apoyo a Susana Díaz», ha dicho este viernes en Jaén el expresidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, a lo que las 3.000 personas reunidas para homenajearle por el décimo aniversario de la Ley de Dependencia han roto en aplausos. Tanto, que el expresidente se ha apresurado en matizar, medio en broma medio en serio: «Mañana estoy en Zaragoza, y le expresaré el apoyo también al compañero Javier Lambán».
En esta línea, ha dicho que él muestra su respaldo a todos los barones del partido, aunque «con más o menos intensidad», por lo que evidenciaba que le daba lo que la secretaria general del PSOE-A esperaba de este acto: su bendición si aspira a liderar el partido, y lo que no recibió con tanta claridad de otro expresidente, Felipe González en Sevilla semanas pasadas. De todas maneras, José Luis Rodríguez Zapatero ha aprovechado para pedir dos cosas que cree importantes ante la división del partido: «humildad» y «cariño» entre sus compañeros de filas.
«Siempre que ha habido una gestora, desde la democracia hasta aquí, el PSOE ha ganado las elecciones. Fue así en 1979, en 2000 y así va a ser ahora», ha continuado el expresidente, quien desde Jaén ha querido mandar este mensaje a sus «adversarios», pero también a una militancia desorientada por la crisis de liderazgo y a la que ha pedido «optimismo».
El expresidente ha dado con su presencia un espaldarazo a las aspiraciones Susana Díaz de poder ocupar ese vacío en el futuro, y no ha dejado de destacar sus políticas al frente de la Junta de Andalucía para «marcar la diferencia del socialismo», entre otras cosas porque la comunidad autónoma soporta a pulmón una ley en la que el Gobierno de España ha pasado de aportar la mitad del presupuesto para su cumplimiento, a apenas llegar a un 20%.
Eso sí, sin olvidarse tampoco de mencionar a sus predecesores Manuel Chaves y José Antonio Griñán, que se dieron de baja en el partido desde su imputación por el caso ERE y que últimamente, a las puertas de un juicio que se avecina duro para ellos, están encontrado de nuevo la complicidad que los referentes del partido le retiraron hace meses.
«La fuerza del PSOE y la fuerza de ganar la representa el PSOE de Andalucía y Susana Díaz», ha clamado el expresidente en uno de los momentos más aplaudidos. Ha hablado también del futuro de la organización: «Tenemos que tener todo el debate, por supuesto, por algo somos el partido más democrático, pero pensemos una cosa por favor: si no defendemos lo que somos y la tarea realizada, seremos fantasmas en la historia. Y somos la historia de España».
Con ello, justificaba que es el momento de echar la vista atrás, para presumir de legado, como ha pretendido el PSOE-A con un acto que ha logrado reunir a cerca de 3.000 militantes en el edificio de la Institución de Ferias de Jaén (Ifeja) para homenajear a José Luis Rodríguez Zapatero en el décimo aniversario de la publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) de la Ley de Dependencia, de la que fue artífice. Con ello, el socialismo ha tirado de archivo para recordar su mejor referencia reciente para reivindicar su apuesta por el estado del bienestar y alejarse de la derecha.
Se ha hablado mucho de educación, sanidad, servicios sociales y dependencia, como los cuatro pilares del estado de bienestar, pero también del partido. «Me gustan los congresos. No se me han dado mal», ha bromeado el expresidente, quien ha querido animar a los militantes para el próximo. «Ser socialista es ser optimista», ha aseverado. «Debate, todo, pero eso sí, con cariño al PSOE».
En el que ha sido el primer acto importante de Susana Díaz con militantes desde que estalló la crisis del PSOE y cuando pocos dudan ya de sus intenciones de liderar el partido, pero alguno sí lo hace todavía cuando se trata de calcular su capacidad para convencer a las bases fuera de las fronteras de Andalucía, la también presidenta de la Junta de Andalucía ha reivindicado la Ley de Dependencia, pero también las medidas aprobadas por el Congreso de los Diputados las últimas semanas -como la paralización de la Lomce, la relación del techo de gasto o la subida del SMI- para alejarse del daño que les ha hecho la abstención para Mariano Rajoy que ella misma ha defendido.
La marea blanca no se ha detenido
Fuera, casi tantas personas como dentro. Llegadas desde distintos puntos de la comunidad autónoma convocadas por el médico de Granada Jesús CandelSpiriman, expresaban, una vez más pero con mucho menor poder de convocatoria esta vez, su indignación con la política sanitaria de la Junta de Andalucía, en el que se ha convertido en el frente más importante que Susana Díaz tiene en la calle en estos momentos.
Consciente de que fuera había cientos de personas clamando contra ella -hasta 37 autobuses se han podido contar- no ha querido pasarlo por alto: «Me alegro que quieran venir a defender con nosotros la sanidad pública, que con aciertos y errores garantiza el derecho a la vida […] y tiene el sello del PSOE».
La líder del PSOE-A ha repartido para el PP, sin ocultar su malestar por que la identifiquen con la derecha, pero sobre todo para Podemos. «El socialismo no es una suma de cabreos ni una suma de indignación», ha dicho de estos últimos, porque «ponerse de acuerdo en la protesta es fácil, lo difícil es hacerlo en la propuesta». Por ello, ha reclamado un partido «autónomo de la derecha y también de esa izquierda que la corteja en el Parlamento de Andalucía». Para Susana Díaz, con el PP, no, pero con los de Pablo Iglesias, menos: «Que nadie nos diga que lo que seamos en el futuro no será nunca sin Podemos».
También ha hablado del futuro del partido: «Haremos un congreso, que tiene que ser un punto de inflexión para ganar y hace falta la fuerza del conjunto del partido. La gente necesita que el partido no se mire al ombligo», ha enfatizado. En su opinión, para ello hace falta «saber el tiempo necesario y el rumbo que se le pone, porque ningún viento es bueno, si uno no sabe adónde le lleva», y está «convencida» de que la gestora, presidida por su amigo Javier Fernández, sabrá cómo hacerlo.
Como anfitrión, el presidente del partido en Jaén, uno de los llamado a suceder a Susana Díaz en la secretaría general del PSOE-A, Francisco Reyes, quien en su discurso ha hecho referencia a los que estaban fuera. «Si aquí se ponen en marcha algunas mareas, en otras comunidades autónomas debería producirse un tsunami». En su opinión, no es casual: «El objetivo a batir es Susana Díaz porque hemos demostrado que aquí podemos hacer las cosas de otra manera».
En este sentido, la diputada por Jaén Micaela Navarro, para quien el homenajeado ha tenido también palabras de cariño, ha hecho también un repaso de las apuestas por las políticas de igualdad de su partido como seña de identidad del socialismo. No en vano, ha ocupado en el mismo las secretarías de Igualdad con Joaquín Almunia y José Luis Rodríguez Zapatero, como ella misma ha recordado en su intervención.
Ha defendido la Ley de la Dependencia como «la más importante tras las conquistas estructurales del derecho universal a la educación y a la sanidad». También ha celebrado la apuesta del Gobierno de Andalucía por los servicios públicos, lo que cree que no se puede comparar con ningún territorio: «Muchas veces los andaluces creemos que si aquí tenemos esto, es porque allí habrá mucho más. Pero no, no lo hay. Os lo puedo asegurar».