Es un gran error, pensar que llegado un determinado
momento, la luz se termina, pero no es así.
¡El fulgor del relámpago, sigue viviendo en quien o vio!.
La luz, no se acaba nunca, si es verdaderamente tuya,
debemos alentar la esperanza, de ese modo, el corazón
seguirá latiendo con la cadencia necesaria para cumplir
con su misión.
La luz, es quien alumbra nuestro camino, los senderos
y vericuetos por los que debemos transitar durante la
corta estancia en este planeta.
¡Nunca pretendas darle un tratamiento inadecuado!!.