En esta noche tan especial, deseo hablar del amor inmerso
en el silencio que me rodea.
Le regalo, a la luna curiosa, el suspiro emitido al sentirme
acorralado por mis pensamientos.
Quiero quemar mis lamentos,dejando a un lado mi existencia
de duende aposentado.
Suplicaré a mi sordo corazón, que se digne escuchar mis
intenciones…
El, sabe muy bien, que no está en mi deseo, parecerme
a la fiera que permanece a la espera de que ocurran nuevos
acontecimientos, ni tampoco, ser igual que el corcel, que pasta
de forma apacible en la llanura de la vida.
¡Hay que dejar, que siga su camino ese amor depositado
en las almas nobles, que solicitaron su presencia!!.